Uno de los problemas que le encontré al
libro anterior de esta serie, la chica que jugó con fuego, es que termina de forma abrupta, aunque por el final, es lógico que así ocurra. Como lector, sin embargo, queda la impresión que hay toda una trama que no se resolvió, que quedan muchos cabos sin atar y en resumen, que el libro está incompleto.
Leyendo esta tercera parte de la historia, sin embargo, se aprecia que en realidad los dos libros son uno sólo, cortado justo a la mitad. La historia de esta tercera parte es el desenlace de la trama que comenzara en el segundo libro. Los hechos inician en el mismo punto y todos los cabos pendientes siguen desarrollándose.