5 de noviembre de 2007

El niño con el pijama a rayas - John Boyne

Esta es una historia contada desde la perspectiva de un niño. Un niño (Bruno) que es hijo del comandante del campo de concentración Auschwitz ("Auchviz") que se muda a vivir ahí cuando su padre es designado como tal, junto con su hermana Gretel, de 12 años "que es una tonta de remate", su madre e incluso María, la criada "que tiene un sueldo excesivo".
Bruno es sacado contra su voluntad de su tranquila vida en Berlín, dejando atrás a sus tres mejores "amigos para toda la vida", a su abuela de quien tenía gratos recuerdos por escenificar en fechas especiales pequeños dramas de teatro, y su casa de cinco pisos desde cuya ventana podía ver la ciudad, y el pasamanos donde le gustaba deslizarse.

En contraste, llegó a un lugar que no podía ser el campo, dado a que no había animales ni árboles como se espera de una granja, pero que era muy diferente a lo que había visto en Berlín. No había otros niños con quienes jugar, los que había estaban detrás de la misteriosa alambrada, y todos se veían tristes con sus pijamas de rayas. Sólo estaba su hermana, quien "era una tonta de remate", pero junto a la cual fueron ambos formándose hipótesis de lo que ocurría. El holocausto desde el punto de vista de dos niños de 9 y 12 años.

Bruno quería ser explorador de mayor, y a tal efecto se puso un día a explorar la alambrada, hasta encontrar un "punto que se convirtió en una manchita que se convirtió en un borrón que se convirtió en una figura que se convirtió en un niño", Shmuel, quien en el siguiente año que pasaron en aquella casa se convirtió en su "mejor amigo para toda la vida", luego de comprobar que se había olvidado incluso de los nombres de sus anteriores amigos.

El "Furias" tenía grandes proyectos para su padre, razón por la cual debian estar todos en aquella casa, donde un anciano que antes fue doctor era el camarero, y donde un teniente de 19 años (Kurt Kotler) se empeñaba en llamarlo "jovencito" y molestarlo a propósito, hablando en secreto con su madre (quien dependía bastante del alcohol-medicinal) y a quien su hermana coqueteaba abiertamente. Aparentemente Kotler tenía (por parte de familia) algo que podía reprochársele, pues salió de la vida de ellos de forma abrupta.

Los sucesos pasan siempre desde el punto de vista infantil, hasta el día en que se decide que tanto su madre como los dos pequeños deben volver a la casa de Berlin, dado que "Auchviz no es un lugar adecuado para criar dos niños", aunque "del otro lado de la alambrada haya cientos de ellos". Bruno decide despedirse de su amigo con una aventura especial, y con esa aventura finaliza un libro donde la tristeza es no sólo un ingrediente esencial, sino que logra contagiarlo al lector. Un niño que siente como una enorme injusticia haber sido arrancado de su casa de cinco pisos para ir a vivir a aquella que sólo tiene tres. Que es obligado a dejar atrás a sus mejores amigos. Bruno siente que la injusticia cometida en su contra es incluso mas grande que la de Shmuel, quien también fué obligado a dejar la casa donde vivían, obligado a vestir los brazaletes con la estrella, obligado a vivir con otras tantas personas en un miserable cuartucho y llevados despues a Auschwitz, pero por lo menos, a los ojos de Bruno, Shmuel tenía cientos de niños con quien jugar. Siempre hay una desgracia más grande que la nuestra, pero en nuestro egoísmo nos negamos a verla como tal. O a veces, nuestra ingenuidad nos impide verla como tal.

Un conmovedor libro, que agradezco a Rebeca el habérmelo recomendado y que al mismo tiempo recomiendo por mi parte.

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