19 de enero de 2008

El péndulo de Foucault - Umberto Eco

El péndulo de Foucault es un libro realmente impresionante. Impresionante principalmente por el cúmulo de conocimientos que su escritor debió reunir para tejer su red narrativa. De inicio a fin deslumbra con una inmensa cantidad de datos históricos que son usados para tejer una trama complicada, mezclada con el sarcasmo de los personajes centrales de la misma.

El libro comienza justo antes del final, en un momento de tensión en que el personaje principal, el narrador de la historia, Casaubón, se desliza entre los pasillos del conservatorio donde se exhibe el péndulo de foucault. En la tensión del momento nos comienza a explicar cómo funciona el péndulo y un poco de su teoría, y después se hunde en el pasado para llevar la historia secuencialmente, desde sus días de estudiante en el que frecuentando el bar Pílades conoce a Giacopo Belbo, editor de Garamond con quien congenian desde el primer momento, evidentemente por la afinidad cultural de ambos. Belbo y Casaubon comienzan a frecuentarse, y en una visita que hiciera a la editorial, conoce a Diotallevi, el tercer personaje del plan.

Casaubon escribe su tesis por esos días, versando sobre la quema de los templarios, un tema eminentemente esotérico. Así que la primera narrativa histórica dentro del libro nos pinta la leyenda de los templarios, con fechas y datos históricos, y nos dejan con una interrogante. Casaubon se encuentra presente cuando Belbo entrevista a un tal Coronel Ardenti, un militar retirado que cree haber descubierto un secreto que no puede descifrar, y quiere escribir un libro como quien lanza una pista al aire, para ver quien la toma y le ayuda a descifrar la totalidad del mensaje. En la historia intervienen los templarios.

Ardenti es referido a otra editorial, y por A o B motivos, olvida el mensaje principal del que partió su investigación con nuestros amigos. Días después, Ardenti ha desaparecido y la policía interroga a Belbo y Casaubon, quienes aparecían como sus ultimos contactos registrados. Ellos minimizan el encuentro y la platica que tuvieran con Ardenti y prácticamente prosiguen con sus vidas sin más reparos. El incidente, sin embargo, los atrapa dentro de una red en la que las referencias se van dando poco a poco, y perdidas en el tiempo, pero que para el lector, fué ese el momento en que el plan comenzó, y no lo iniciaron ellos.

Casaubón se muda a Brasil donde conoce a Amparo, con quien por curiosidad se introducen en los ritos africanos en los que ninguno de los dos cree, pero de los que Amparo saca una experiencia que la hace desaparecer de la vida de Casaubon. Es en esos medios donde Casaubon conoce a Aglie, personaje singular que se considera a sí mismo un ser inmortal, el mismísimo Conde de Saint-Germain. Hasta Brasil llega una carta de Belbo, donde le cuenta a Casaubon las ultimas nuevas acerca de la supuesta muerte de Ardenti. Casaubon regresa a Europa y frecuenta nuevamente el Pílades, en el cual ha ocurrido un relevo generacional, pero en el que siempre encuentra el ambiente de antes, el de universitarios discutiendo sus temas de estudio. Es ahí donde se le ocurre la idea para el negocio que le proveerá el sustento: buscar información a cambio de una paga. (Esto debe haber sido rentable en los días previos a Google o al Boom del internet).

Casaubon, Belbo y Diotallevi siguen frecuentándose y es así como Casaubón termina uniéndose a la editorial Garamod, sin dejar de lado su oficina de investigaciones, para ilustrar un libro. Ya dentro de Garamond se da cuenta del doble juego de Garamond y otro editorial vecina, Manuzio, que perteneciendo al mismo dueño tenían formas diferentes de operar, ya que mientras Garamond se dedicaba a editorializar libros comercializables, Manuzio se dedicaba a publicar libros para satisfacer la vanidad de sus autores, libros que los mismos autores financiaban dejando buena parte de ganacias a la editorial, por supuesto. Es en ese entonces cuando la visita de un autor que no estaba dispuesto a pagar por publicar su libro de temas esotéricos le da la idea a Garamond de iniciar una colección de libros en esos temas, incitando el debate y poniendo a sus editoriales en el objetivo de los autores. Para revisar los originales contratan a Aglie, quien aparece en Europa y quien deslumbra al trio conformado por Belbo, Diotallevi y Garamond. Poco a poco los tres personajes se sumergen en un mundo de intrigas esotéricas, y como una forma de burlarse de aquellos cuya necedad soportan y leen cada día, se inventan el plan.

Es increíble a partir de ese momento la cantidad de información que Eco pone al alcance de los lectores, de una forma bastante interesante, comprimida y con cierto tono sarcástico. Al menos en mi caso me hizo buscar muchas referencias, a Agartha, a Saint-Germain, etc. El libro te da un poco de datos referente a cierto tema, y si te interesa, ya tenés la pista de donde seguir buscando. En ese plan se tocan infinidad de temas, se atan infinidad de cabos sueltos para formar una teoría, o desvelar el plan oculto de los caballeros templarios.

Hasta que el plan los atrapa y los hace víctimas de sí mismos.

Las páginas finales de un libro son una reflexión espiritual acerca de los motivos que nos llevan a buscar secretos, que nos mueven a buscar seres superiores, que nos hacen creer en la existencia de un plan prediseñado en el que tenemos escritos nuestros papeles: para poder sentinos libres de responsabilidad ante las consecuencias de nuestros errores, para tener alguien o algo externo a quien culpar de nuestros fracasos. Para tener una excusa para nuestra mediocridad.

¿Y que tenía que ver el péndulo con el libro? Todo y nada.

1 comentario:

  1. No se porque pero si no hubiera leido tu comentario del libro no lo hubiera ni siquiera volteado a ver, que excelente libro lo he iniciado hace una semana y ya lo llevo a la mitad es realmente impresionante lejos de aburrirme me ha absorvido en su trama uniendome al persona principal queriendo saber esperando como el lo hiso, buenisimo , excelente libro Bill.

    Algo que te debo por este tu sitio si es que se puede pagar porque no tiene precio.
    volverme a meter al maravilloso mundo de la lectura, gracias de verdad por quitar el velo y hacerme ver mas alla por entender que es mejor el libro que la tv.

    saludos

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