6 de abril de 2009

El último Catón - Matilde Asensi

Este posteo es una colaboración de quien lo firma como Lady Rowena

Hace unos días, terminé de leer este libro que está bastante interesante “El último Catón” de la española Matilde Asensi. Cuando mi amigo Win me lo proporcionó me intrigó llegar a saber qué o quién era el famoso último Catón.

La cosa es que mi amigo me dijo que si me había gustado el Código Da Vinci, este era para mí y tenía razón.

El libro en sí trata de ciertos hechos que suceden y que parecen sin explicación. Una de las protagonistas es la Dra. Ottavia Salina, quien es paleontóloga y trabaja en los archivos secretos situados en los sótanos del Vaticano. Trabaja con valiosos y únicos códices, documentos, libros que no han visto la luz y que están siendo descifrados para decidir si van a subir o se quedan guardados. Ottavia es la octava hija (de ahí su nombre) de una numerosa familia siciliana en la cual en el transcurso de la narración conoceremos su filiación con la mafia.

La Dra. Salina es una monja miembro de la orden de la Venturosa Virgen María que no usa hábitos y de vida un poco más relajada que las de claustro. Por otro lado, tiene una personalidad marcadamente feminista, no tolera el hecho se sumisión hacia un hombre o que un hombre la considere inferior por el hecho de ser mujer, cualidad que me encanta del personaje. Por ejemplo este pensamiento de cuando le preguntan despectivamente por qué no usa hábitos:
“El tono era profundamente ofensivo, pero no me iba a dejar intimidar. A estas alturas de mi vida en la Ciudad, había pasado infinidad de veces por la misma situación y estaba curtida en una y mil batallas por mi género.”

O en este otro pasaje en el que al principio trata de excusarse de lo que le están pidiendo que desarrolle o investigue y al final deja que el orgullo y la soberbia actúen en ella, como manera de defensa ante el machismo que la rodea:

“Monseñor Tournier fue el único que dio señales de estar vivo cuando terminé de hablar. Mientras los demás permanecían mudos por la sorpresa, él inició con una sonrisilla sarcástica que me hizo sopesar su manifiesta oposición a utilizar mis servicios antes de que yo entrara en el gabinete. Podía oírlo diciendo despectivamente «Una mujer…?» De manera que fue su actitud socarrona y mordaz la que me hizo dar un giro de ciento ochenta grados y decir:
- …Aunque, bien pensado, quizá sí podría realizarlo, siempre y cuando me dieran el tiempo suficiente para ello.”


En esta ocasión, a la Dra. Salina la llaman para descifrar ciertas marcas encontradas en el cuerpo de un etíope que falleció en un accidente aéreo. Son ciertas escarificaciones que presenta y que no tienen mayor sentido. Estas incluyen cruces de varios estilos en número de siete y letras griegas que cuando logran descifrarlas ven la palabra “STAVROS” que significa cruz en griego. Junto al cadáver, se descubre un cofre del cual se ha desparramado unas misteriosas astillas de madera. Sólo los entendidos saben que están frente a trozos de la Cruz Verita, la Cruz Verdadera en la cual descansó el cuerpo de Jesucristo después de la crucifixión y descubierta siglos antes por Santa Helena, madre del Emperador Constantino.

La única condición que le imponen es no hacer mayores averiguaciones sobre el caso, sólo cumplir mecánicamente con el trabajo encargado y nada más. Pero ella, valiéndose de un comentario de su hermano Pierantonio y de su sobrino experto en computadoras, averigua por Internet quién es el etíope que la ocupa. Descubre que ha robado los trozos de la cruz esparcidos en varias iglesias de varias confesiones alrededor del mundo, con desconocidos propósitos y sin saber para quién hacía el trabajo.

Cumplido cierto tiempo y habiendo ya acabado el encargo, inesperadamente su vigilante-acompañante el suizo Jefe de la Guardia Suiza del Vaticano Kaspar Glauser-Röist la retira del caso. Y ella en un derroche de rebeldía lo encara revelándole que sabe lo que se cocina tras el fallecido:

“- Se da usted cuenta capitán – vocalicé claramente para que no perdiera detalle de lo que le estaba diciendo-, que Abi-Ruj Iyasus, nuestro etíope, no puede ser más que una pieza pequeña dentro de un gran engranaje que, por alguna razón, se ha puesto en marcha y ha comenzado a robar sagradas reliquias de la Vera Cruz? Se da cuenta, capitán – Dios mío, cómo me empujaba la desesperación para enfatizar mis palabras de aquella manera! Parecía un viejo actor de teatro griego dirigiéndome a los dioses-, que detrás de todo esto sólo puede existir una secta religiosa que se considera a sí misma descendiente de tradiciones que se remontan a los orígenes del Imperio Romano de Oriente, Bizancio, y al emperador Constantino, cuya madre, santa Helena, además de ordenar erigir la basílica de Santa Catalina del Sinaí, descubrió la Verdadera Cruz de Cristo en el año 326?”

Después de esto es desterrada como castigo al “miserable pueblo de la provincia de Connaught en el que me iban a enterrar?” en Irlanda.

Sin embargo, antes que pudiera registrar su ingreso al lugar, es devuelta sorpresivamente al Vaticano poniéndola nuevamente dentro del caso. Esta vez, aparte del frío suizo al que ella llama “La Roca”, se les agrega el profesor del Museo Greco-romano de Alejandría, experto en Historia y Paleografía Bizantina el egipcio-copto (religión árabe que se deriva de las prédicas de San Marcos) Farag Boswell nieto de Kenneth Boswell quién descubrió la ciudad egipcia de Oxirrinco, cuya química con la Dra. Salina se vislumbra desde que lo ve.

Y se les explica que lo que Iyasus había robado son fragmentos de la Cruz Verita denominados Ligna Crucis y que de la mayoría de relicarios en las Iglesias del Patriarcado Ortodoxo del mundo que guardan trozos, estos están desapareciendo misteriosamente. Y ellos han pedido ayuda al Vaticano para esclarecer el robo y lo que haya detrás.

De manera poco ortodoxa e increíble, Farag y La Roca han robado un códice del Monasterio de Santa Catalina del Sinaí y lo denominan el Código Iyasus, el cual les revela después de muchos días de incansable traducción por parte de la Dra. Salina que hay una orden secreta denominada Staurofílakes que ha sido encargada de cuidar la Cruz Verita. El jerarca máximo o Archimandrita es denominado Catón y desde que asume, sigue en su papel hasta que muere y es sustituido por otro que sigue el trabajo. El códice cuenta la historio de varios Catones, destacando a Catón de Útica, un hombre admirable que trascendió la historia que por un hecho histórico se convirtió en un paradigma de la libertad plasmándolo la pluma de Séneca cuando dijo «Ni Catón vivió, muriendo la libertad, ni hubo ya libertad, muriendo Catón». Nombra la historia de 36 Catones y cuenta que a través de los siglos les sucedieron bienaventuranzas y desgracias y que dado a su pública existencia, habían sido infiltrados por no creyentes, por lo cual idearon un sistema de pruebas, un proceso de iniciación que todo aquel que quisiera pertenecer a la orden, debía superar. Es así como los tres se embarcan en busca del Paraíso Terrenal de los Staurofílakes guiándose por la Divina Comedia y que constituyen Siete pruebas en siete ciudades (cornisas o niveles en el escrito de Dante), la expiación de los siete pecados capitales: “Roma por su soberbia, Rávena por su envidia, Jerusalén por su ira, Atenas por su pereza, Constantinopla por su avaricia, Alejandría por su gula y Antioquía por su lujuria.”

Así pasan por las 7 difíciles pruebas, trasladándose de ciudad en ciudad utilizando la tecnología a su favor y superándolas al poner en evidencia el vasto conocimiento científico que poseen entre los tres, van resolviendo acertijos y al final de cada prueba, son marcados con escarificaciones (las mismas de Iyasus), siendo el capitán “La Roca” el que se diferencia por una escarificación diferente. Le han puesto la pluma de avestruz, la pluma de Maat que simboliza la Justicia, mientras los demás tienen una cruz ansata.

El final es bastante inesperado, ya que alcanzan el Paraíso Terrenal al que ellos llaman Parádeisos, descrito como una cueva descomunal bajo tierra en algún lugar que ellos identifican como en Etiopía, en la cual se ha asentado tres pueblos y que viven a la antigua desarrollando al máximo sus actividades sensoriales y descubren los secretos de los Staurofílakes ya que pertenecen a su orden.

En el camino de superación de pruebas, la Dra. Y Boswell se enamoran constituyendo este hecho el toque romántico de la novela, mi esposo dice que es una mezcla de Dan Brown y Danielle Steel. Vean este pasaje que más de alguno o alguna debe haber vivido:

“Tenía miedo. Mi corazón latía tan fuerte que parecía que se me iba a salir por la boca. Me golpeaba en el pecho como un animalillo asustado. «No lo hagas, Ottavia, no lo hagas», me susurraba una voz en la cabeza. Todavía estaba a tiempo de echarme atrás. Por qué tenía que ser esa noche? Por qué no mañana o a la vuelta de la superficie? Por qué no esperar hasta recibir la bendición de la Iglesia?

- Por qué no dejarlo para siempre y no hacerlo nunca? – me dije a mí misma en voz alta con tono de reproche.

«Vamos, Ottavia», intenté animarme. «Estás deseándolo, te mueres por hacerlo, qué temes?»”


Pobre mujer! Y cuando ya dejó atrás los temores:

“Perdí la noción del tiempo y también perdí mi corazón, que se fundió para siempre con el suyo. Dejé de ser yo, dejé de ser la Ottavia Salina que había existido hasta ese momento, para convertirme en un resplandor interminable de pasión y amor. Me dejé llevar hasta la cama aunque no recuerdo cómo, porque el sabor de su boca era tan intenso que me pareció que era el sabor mismo de la vida, concentrada para mi en los labios de Farag Boswell”

Durante la iniciación ella se da cuenta de que su familia, especialmente su madre es jefe de la mafia siciliana y que ella y su hermano Pierantonio fueron empujados a la vida religiosa como una especie de expiación o purgación de los pecados que estaban cometiendo con las actividades de la mafia.

Al final Ottavia y Boswell deciden unir sus vidas y llevar una vida normal en el mundo y Glauser-Röist, bueno, tuvo un final inesperado, les aseguro que si leen el libro, aparte que les guste, descubrirán quién es el nuevo Catón…

Ottavia y Farag reciben una carta y de Kaspar y en sus palabras:

“La carta del capitán Glauser-Röist, escrita por el capitán Glauser-Röist y con el nombre del capitán Glauser-Röist en el sobre, iba firmada por Catón CCLVIII.”

Es particularmente admirable en Matilde Asensi el hecho de relacionar hechos históricos con la ficción, haciéndolos encajar de manera que parezca todo el entramado de una gran conspiración que tiene sentido. El relacionar la Divina Comedia con el proceso de iniciación de los Staurofílakes es excepcional. Durante mi paso por las aulas escolares, obvié la lectura del mencionado libro por parecerme tedioso, compartiendo la opinión de la Dra. Ottavia Salina. Jamás llegué a enterarme de los secretos que se guardaban en él y ahora leyendo “El último Catón” pienso que me perdí de algo bueno. Pero le he preguntado a alguien más si llegó a leerlo, obteniendo una respuesta afirmativa que pensé que me iba a avergonzar por mi pereza, luego pregunté si era una lectura fácil y amena y la sorpresa fue que me dijeron “Nooo, fue aburrida y tediosa, una total tortura!” Qué alivio!!!

Saludos a todos.

3 comentarios:

  1. Esta interesante lo vamos a poner en lista de espera, ya que por hoy estoy clavado con Stefan Zwein.

    Gracias por compartir Milady

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  2. Gracias Wirwin, por haberme proporcionado este libro. No sabes las horas de esparcimiento que me trajo mientras viajaba de mi casa al trabajo y viceversa. Deberías leerlo, aunque yo sé que te gusta más la historia de verdad, "no la de mentiritas..." jajaja!.
    Que estés bien querido amigo!

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  3. Sabes que??? puedo leer ese libro mil veces y no me aburro!!! lo compre baratisimo en una feria de las pulgas($500 chilenos)es una edicion especial
    es un hermoso libro, me paso algo muy extraño al ver la foto de Matilde Asensi, fisicamente es tal como yo imaginaba a Ottavia Salina!!!!!!!!!
    quizas basó en ella el personaje...

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