Lo mejor que se puede decir de esta novela, es que entretiene, que no es poco. Es un libro de aventuras y policíaca al mismo tiempo. Libro para ser leído sin pretender otra cosa que la distracción.
El autor desarrolla su obra en Whitechapel, uno de los barrios con peor reputación del Londres victoriano, en donde varias prostitutas aparecen brutalmente asesinadas. En el lugar del crimen el asesino acostumbra a dejar siempre un enigmático jeroglífico: el símbolo de Thot, una antigua divinidad egipcia.
Un sobrino de la reina de Inglaterra es señalado como el principal sospechoso de los horribles crímenes, y la familia real acude a la joven arqueóloga Sarah Kincaid para que resuelva el misterio. Sarah pronto descubre que las muertes están relacionadas con un extraño libro el cual contiene las indicaciones para llegar al templo de Thot y acceder a una fuente de poder inimaginable. Esta aventura trepidante la hará viajar hasta el lejano Egipto, donde deberá enfrentarse a sociedades secretas, conspiraciones políticas y maldiciones divinas.
Acompañada de tres hombres, el Consejero real, un inspector de Scotland Yard y un misterioso guía egipcio, Sarah viaja a Egipto en un recorrido repleto de aventuras, tormentas de arena y una secta bélica dispuesta a todo por mantener el secreto del libro de Thot.
Podríamos decir que la obra está escrita como si de un thriller se tratara y al ritmo dinámico que suele imprimir Hollywood, desarrollado principalmente en un Egipto repleto de exóticos peligros, conspiraciones y misterios. Sin duda lo que el autor buscó es el entretenimiento puro. Conseguido.
Garroferal
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